Valoración del libro Frankestein educador por Valentina Roz
El eje central de este libro es la educación como fabricación.
Nos encontramos comentarios acerca de ella durante todo el libro. Se habla de que el niño al principio necesita ser acogido por el mundo, necesita adultos que lo instruyan. Al ser pequeño no tienen conciencia sobre lo que tiene o no que aprender, tiene la necesidad de que se lo enseñen. Al crecer el podrá decidir pero de niño no podemos dejarle tal responsabilidad en sus manos. Pero debemos enseñar al alumno, no obligarlo a aprender, no es un objeto que podemos fabricar a nuestro antojo, es una persona que va a quejarse y es normal que no le guste todo lo que le enseñes, va a replicar y a mostrar su carácter para que te des cuenta de que es una persona y no puedes hacer lo que quieras con ella. En el libro se habla de que “El hombre es el único ser susceptible de educación, el hombre no puede hacerse hombre más que por lo que ella hace de él. Y observamos que no puede recibir esa educación más que de otros hombres que a su vez la hayan recibido”. El hombre necesita de la educación para poder hacerse hombre. Pero necesitas que alguien se lo enseñe. El hombre esta hecho por otros hombres. Además el libro se centra en la formación del educador. En como debe ser el educador para guiar a su alumno y enseñarle el mundo en el que vive. No se puede hacer de el alumno lo que se quiera, ya hemos dicho que no es objeto el cual moldear a tu imagen y semejanza.
Junto con esto encontramos la idea de la perspectiva, el efecto Pigmalión.
Es decir, un alumno llegará a ser lo que se espera de el. Por eso es muy importante el apoyar siempre a los niños, el reforzarlos con recompensas cuando hagan algo bien más que castigarles cuando hacer algo mal.
En el libro se habla de establecer una revolución copernicana en educación. Es decir, se debe cambiar la concepción de educación como fábrica, como la que propone el doctor Frankenstein. Según se plantea, la educación debe centrarse en la relación que une al sujeto con el mundo que le envuelve. El autor propone siete exigencias para que se pueda llevar a cabo la revolución copernicana en educación:
* La primera es renunciar a fabricar un sujeto que satisfaga todos nuestros gustos. Se trata de acoger a esta persona y educarla de manera que pueda entender el mundo desde una perspectiva más crítica.
* La segunda es darse cuenta de que un nuevo sujeto no se puede moldear a mi gusto o querer hacer de el lo que yo nunca pude ser.
* La tercera es saber que la transmisión e interiorización de conocimientos no se produce de modo mecánico y no puede concebirse como una duplicación de conocimientos del docente al alumno.
* La cuarta es conocer que nadie puede ponerse en el lugar de otro, nadie puede elegir por ti si quieres estudiar o no. Esta claro que de pequeños debe introducirnos en el mundo, pero la decisión final al crecer, es nuestra.
* La quinta es la creación de espacios de seguridad en la escuela en los que el sujeto pueda atreverse a hacer algo que no sabe hacer para aprender a hacerlo.
* La sexta consiste en dejarle autonomía al sujeto. Es hacer propios los conocimientos que se nos enseñan.
* La séptima y última, es tratar de asumir la insostenible ligereza de la pedagogía.
Para acabar me gustaría recordar que los niños son personas a las cuales vamos a educar, con una serie de características propias, además de sentimientos, habilidades, defectos, contradicciones , virtudes... no son objetos inanimados. Con lo cual nosotros somos los encargados de darles unas pautas para que pueda llegar el momento en el que ellos puedan hacerse a ellos mismos y
consigan desarrollar al máximo cada una de sus capacidades.
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